Tenemos ya la Navidad llamando a la puerta... y yo aún estoy preparando cosillas para aquí y para allá. Este año había decidido no hacer tarjetas de Navidad porque, total, a la que le hace ilusión es a mí... Así que decidí hacer primero las del pingüino para los abuelicos del #unyayounapostal y luego... ¡Dios me marcaría el camino!.
Nuestro Señor anda ocupadísimo con todas nuestras mierdas, así que no ha podido echarme una mano marcándome el camino, incluso HE PERDIDO EL TROQUEL DEL PINGÜINO (espero encontrarlo por algún rincón, eso si no se ha ido a la basura entre las maulas de cartulina). Esto me lo he tomado como una señal lo suficientemente fuerte para enrocarme en mi primera idea. ¡A tomar "pol" culo, no hago las postales de Navidad!. Coño, que me lleva una porrada de horas y total para qué. Hecho. No las hago.
Me apunté a un grupo de SCRAPYFOTO en el cual nos felicitamos el cumpleaños con un grupo de mujeres (la mayoría unas completas desconocidas) que tenemos en común que nos gusta el scrap y las cosas bonitas. Así el día de nuestro cumple tendremos, a parte de las facturas y la propaganda, algunas felicitaciones divinas. Si lo piensas fríamente da pena que tengamos que llegar a esto. Era tremendo cuando yo era joven, cuando tenía montones de correspondencia en día señalados (al menos) y de llamadas de teléfono. Y ojoooooo, que el que no lo hacía iba a parar a una lista negra grabada a hierro y fuego en mi corazón inmisericorde jajajajajaaaaajaja. Poca broma, no tanto como eso, pero ojito conmigo.
Ahora con esto de las tecnologías la cosa ha cambiado una barbaridad, pero yo sigo siendo muy S.XX, así que a veces me toca padecer la ausencia de ciertas cosas (mejor dicho, me toca padecer la aparición de algunas cosas como los mensajes de wasap o del facebook... pero qué hubiéramos hecho sin ellos en pandemia... lo comido por lo servido, venga).
Muestras de las últimas postales cumpleañeras que he enviado (a saber cuándo llegarán):
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