Como lo leéis. Sé que es difícil de creer, pero este año, como "vacaciones", me toca hacer pequeñas escapadas. Primeramente porque mi trabajo, en estos momentos en los que estoy comenzando un negocio, no me permite "alejarme de él" mucho tiempo.
Así que esto de las escapadas me va fenomenal; con un "diíta extra" me conformo y hago un "puente". El primero fue a principios de julio al Principat d' Andorra porque a mi "costillo" le dieron fiesta un viernes... ideal, el jueves por la tarde, al Principat.
A parte de esto de "ser empresaria" también se junta el tema laboral que muchos padecéis en silencio (como las almorranas).... Hasta hace 10 días, no sabíamos si tenía "mi Fran" vacaciones este año o no. Cosas de la vida (del mercado laboral, mejor dicho).
Así que esto no es en modo alguno un "en casa de herrero, cuchillo de palo", no, no. Que no ha sido dejadez, simplemente teníamos las manos atadas. Llevábamos pensado ir a París unos días, pero las cosas vienen como vienen y me negué a quedarme en casa "sin salir" en todo el veranito. Así que en lugar de desesperar, preparé unas escapadas fantásticas. La de hoy es la que hemos hecho a Calella, en el Maresme catalán, y Barcelona.
Busqué un hotelito de categoría "turista", una cosa apañada porque no íbamos a estar a penas en el, ya que teníamos varias "visitas" previstas. Así que me decidí, con buen criterio, por uno en la zona hotelera de dicha ciudad, cerquísima de una bolera, mini-golf y el Mercadona (para dar pistas y si queréis probarlo, dadme un toque y os cuento). Decir que lo están renovando por fases, como se suele hacer para no tener el establecimiento cerrado mucho tiempo.
Destaco los muebles nuevos de la habitación; el maravilloso colchón; TV de plasma grande y muy bien "colocada"; la recepción/hall también renovada con sofás nuevos (el tema de la madera en todo el hotel hay que cambiarlo, como puertas y mostradores); el comedor también es todo nuevo y con sensación a limpio pero los horarios son muy para el "extranjero"; en recepción siempre tienen unas jarras de agua con hielo y limón para cuando llegas de la playa; la piscina con zona para los más peques con un pequeño tobogán y barco; la comida abundante y show cooking eficiente y variado (digan lo que digan los "entendidos de los foros", fiaros de mi, no os olvidéis dónde estuve unos cuantos años trabajando y... ¡por vocación!); el baño de las habitaciones pide ser el siguiente en ser remodelado, aún con todo limpio y con amenities que le encantan a mi hija...
El personal correcto y educado.
Nota del hotel calidad/ precio según Carol y sus Botas: 7,5/10
En cuanto a la playa ya veis que es de piedrecitas, si no estáis acostumbrados duelen los pies (con cangrejeras o pies de gato, solucionado). Acordaos también que aquí enseguida el agua cubre y que es la zona más brava del Mediterráneo.
Yo, evitando el sol por esas manchitas que aún me quedan, he sido carne de chiringuito, nada barato, admito, pero así es en todas las zonas. Un té helado (sin marca) y un buen libro y... ¡voilà, una mujer feliz!. El que sale en la foto de arriba es de mi amiga Conchi Fernández, y os lo recomiendo de mil amores.
Calella está a unos 50km de Barcelona, así que hemos aprovechado también para acercarnos a la Cuidad Condal, total, si sales a buena hora son 30' de coche. Por cierto, el pegote que he puesto en la foto es para evitar sacar una grúa... No sé yo si acabaremos de ver algún día la Sagrada Familia acabada.
Bueno... creo que iré acabando, que por hoy ya vale, ya.
Os espero muy pronto.
¡¡Somos, Carol y las Botas de 7 Leguas!!.
Destaco los muebles nuevos de la habitación; el maravilloso colchón; TV de plasma grande y muy bien "colocada"; la recepción/hall también renovada con sofás nuevos (el tema de la madera en todo el hotel hay que cambiarlo, como puertas y mostradores); el comedor también es todo nuevo y con sensación a limpio pero los horarios son muy para el "extranjero"; en recepción siempre tienen unas jarras de agua con hielo y limón para cuando llegas de la playa; la piscina con zona para los más peques con un pequeño tobogán y barco; la comida abundante y show cooking eficiente y variado (digan lo que digan los "entendidos de los foros", fiaros de mi, no os olvidéis dónde estuve unos cuantos años trabajando y... ¡por vocación!); el baño de las habitaciones pide ser el siguiente en ser remodelado, aún con todo limpio y con amenities que le encantan a mi hija...
El personal correcto y educado.
Nota del hotel calidad/ precio según Carol y sus Botas: 7,5/10
En cuanto a la playa ya veis que es de piedrecitas, si no estáis acostumbrados duelen los pies (con cangrejeras o pies de gato, solucionado). Acordaos también que aquí enseguida el agua cubre y que es la zona más brava del Mediterráneo.
Yo, evitando el sol por esas manchitas que aún me quedan, he sido carne de chiringuito, nada barato, admito, pero así es en todas las zonas. Un té helado (sin marca) y un buen libro y... ¡voilà, una mujer feliz!. El que sale en la foto de arriba es de mi amiga Conchi Fernández, y os lo recomiendo de mil amores.
Calella está a unos 50km de Barcelona, así que hemos aprovechado también para acercarnos a la Cuidad Condal, total, si sales a buena hora son 30' de coche. Por cierto, el pegote que he puesto en la foto es para evitar sacar una grúa... No sé yo si acabaremos de ver algún día la Sagrada Familia acabada.
Bueno... creo que iré acabando, que por hoy ya vale, ya.
Os espero muy pronto.
¡¡Somos, Carol y las Botas de 7 Leguas!!.
Comentarios
Publicar un comentario